Estrés laboral (síndrome de Burnout)
Este síndrome suele verse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención al cliente y en muchos casos puede ser razón para una baja laboral.
Este síndrome suele verse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención al cliente y en muchos casos puede ser razón para una baja laboral.
El síndrome de Burnout o “síndrome del trabajador quemado” (del inglés “burn-out”: quemarse, consumirse, agotarse), se refiere a un progresivo agotamiento físico y mental, una falta absoluta para las tareas a realizar y sobre todo por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen. Se trata de un tipo de estrés laboral conocido como crónico.
Este cambio de actitud, relacionado generalmente con malos modales o trato desagradable hacia los demás, es una de las claves para identificar un caso de estrés laboral crónico o Burnout.
Este síndrome suele verse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención a terceros, como docentes, personal de salud o personas que trabajan en atención al cliente y puede ser motivo de baja laboral ya que el empleado puede llegar a encontrarse física y mentalmente incapacitado para desarrollar su trabajo.
b)Alteraciones psicosomáticas como problemas gastrointestinales, cardiovasculares (coronarios, arritmias) afecciones de la piel, entre otras.
Las profesiones más propensas a sufrir Burnout (no las únicas), son los médicos, enfermeros y docentes.
Los trabajadores con síndrome de Burnout tienen mucho más riesgo de alcoholismo, tabaquismo, drogas, insomnio y baja de defensas.
Además, las consecuencias del Burnout se extienden más allá del empleado y llegan a afectar a su familia, amigos y pareja.
En cuanto al tratamiento, lo ideal es detectarlo en sus primeras fases.
La iniciativa en cuanto a su tratamiento puede provenir tanto del propio trabajador como de la empresa o institución para la que trabaja, por lo que es importante que haya una buena comunicación entre ambas partes.
Técnicas como de relajación, meditación o simplemente escuchar buena música han demostrado ampliamente su eficacia para reducir la ansiedad.
Debido a las contracturas musculares en determinadas zonas del cuerpo, es muy importante realizar estiramientos y ejercicios antiestrés como parte de la rutina diaria e incluso, como parte de la rutina laboral si es posible.